Divorciarse de un cónyuge mentalmente enfermo

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Hombre mentalmente enfermo

Divorciarse de un cónyuge con una enfermedad mental puede ser un proceso tedioso y peligroso o puede ser un procedimiento legal de rutina relativamente simplificado. El espectro de enfermedades mentales es tan amplio que puede significar una variedad de cosas.





Enfermedad mental

La enfermedad mental puede significar muchas cosas diferentes, pero la idea básica es que la persona que padece una enfermedad mental tiene algún tipo de psicopatología que hace que su mente funcione de manera diferente a la de otras personas. Generalmente, la diferencia en la función cerebral es perjudicial para la persona y puede dificultar su funcionamiento en diversos grados. Algunas personas padecen una enfermedad mental que nunca se diagnostica, mientras que otras son diagnosticadas y tratadas con psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos.

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Ya sea que se esté divorciando de un cónyuge con una enfermedad mental como resultado de los efectos que la enfermedad mental tuvo en su relación, o si no se da cuenta de que la psicopatología existe hasta después de intentar irse, el estrés relacionado con un divorcio puede ser suficiente para hacer que el aumentan los efectos de la enfermedad mental. Por ejemplo, una persona que sufre de forma intermitente episodios de depresión puede terminar en un estado de depresión grave y tal vez incluso suicidarse como resultado de que un cónyuge inicie un divorcio.



Responsabilidad personal

Puede que seas la persona más cercana a tu futuro ex-cónyuge, pero esto no significa que seas completamente responsable de lo que suceda como resultado de su enfermedad mental. En pocas palabras, si iniciar un divorcio da como resultado que el cónyuge mentalmente enfermo se lastime, es importante recordar que esto no es culpa del cónyuge que inició el divorcio.

Las personas con enfermedades mentales pueden tomar decisiones irracionales cuando se encuentran bajo estrés, pero sus acciones no son su responsabilidad. Algunas personas con enfermedades mentales usarán su enfermedad mental como una forma de mantener a sus cónyuges cerca, como en 'Si alguna vez me dejaras, simplemente no sé qué haría'. El punto es este: a menos que deliberadamente se proponga herir emocionalmente a su cónyuge mentalmente enfermo y, a su vez, esto resulte en que su cónyuge se lastime a sí mismo, no es su culpa y no debe permanecer como rehén en un matrimonio por temor a que su cónyuge lo haga. lastimarse a sí mismo oa otra persona.



Divorciarse con cuidado de un cónyuge con enfermedad mental

Tenga cuidado al divorciarse de un cónyuge que tiene problemas de agresión o que es propenso a los delirios como resultado de una enfermedad mental. En una situación en la que se sienta amenazado por el cónyuge con enfermedad mental, busque un lugar seguro para quedarse y tome todas las precauciones posibles para protegerse.

Guarde documentación de cada declaración o encuentro que lo haga sentir amenazado. Esta información puede ser útil si necesita solicitar una orden de restricción o alguna otra forma de acción legal contra el cónyuge con enfermedad mental. También tenga en cuenta que una enfermedad mental grave puede obligar a una persona por lo demás racional a hacer cosas increíblemente inusuales. Por ejemplo, un hombre que suele ser amable y gentil, pero que es propenso a sufrir ataques de ira disociativos que luego no recuerda, debe ser tratado con cautela.

Los casos graves de enfermedad mental pueden requerir una hospitalización temporal para recibir tratamiento. Hasta que el divorcio sea definitivo, es posible que usted sea la persona que tenga la autoridad para solicitarlo.



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Compasión y paciencia

La gente no elige tener una enfermedad mental. Muchas personas con psicopatologías graves se sienten atrapadas y frustradas por sus circunstancias. En lugar de tachar de 'loco' a su futuro ex cónyuge, trate de tratar con ella de la manera más compasiva posible, tal como lo haría si tuviera un problema de salud crónico que la deja con dolor de forma regular.

No es necesario que permanezca casado con alguien solo porque tiene una enfermedad mental, pero el proceso de divorciarse de alguien con una enfermedad mental puede resultar un poco más complicado que divorciarse de alguien que no tiene estos problemas mentales.

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